Tras la reciente copa mundial de fútbol sub-20 femenino realizada en Colombia y la decepcionante eliminación de la selección anfitriona que, sumado a la derrota en los juegos olímpicos en cuartos de final, por la misma vía, los remates desde el punto penal. Obviamente, llegan las críticas a la federación, al cuerpo técnico y a las jugadoras.
Aquí
mismo en este blog, tiempo atrás, solicitaba un fútbol femenino para mujeres y,
es que, a pesar de la facilidad de comunicación y de adquirir conocimientos con
la internet, el proceso de entrenamiento en el fútbol femenino suramericano es mediocre.
Y es que es más una obligación desde FIFA que una iniciativa de las
federaciones. Razón por la cual se comienza a rezagar con respecto al fútbol
europeo. Si bien el factor económico es una diferencia significativa que hace
que los campeonatos femeninos, sean cortos por la falta que equipos y las bajas
entradas a los estadios de aficionados o aficionadas, que no logra sostener un
torneo por más de cuatro o seis meses. Sin embargo, no puede ser motivo para
que ellas reciban un entrenamiento físico-técnico-táctico de baja calidad. En
los clubes, con hombres como presidentes, nombran a cualquier cuerpo técnico, ósea,
al que tengan en su nómina desocupado y, este con poca vocación y, probamente,
poco conocimiento para dirigir a mujeres, porque lo suyo es el fútbol
masculino, lo hace de cualquier forma. Qué bueno que, así como ellas han ido
incursionando el periodismo deportivo y el arbitraje, muchas más se animaran a la
dirección técnica, claro, también, hay que esperar que, en el mundo de los
hombres, les permitan ingresar y que “consideren” que es competente para cargo
de directora técnica.
De
vuelta a los procesos de entrenamiento, desde las divisiones menores hay que insistir
en el aprendizaje táctico, lectura del juego y la estrategia. Pero esto debe ir
de la mano con una pedagogía pensada en la edad de los practicantes y no
tratarlos como adultos, que es el error. Esto lo sabe un entrenador que ha
estudiado y no uno que se acostó jugador y se levanto técnico. En esta misma
línea, la preparación física para ellas (sub-20 y mayores) no se puede pensar solo
para cuatro o seis meses hay que planificarse para una temporada con duración
de diez meses.
De
momento es lo mejor que se puede hacer por el bien del fútbol femenino, porque
ellas están practicando un deporte creado para hombres, así que les ha tocado
adaptarse, tolerar y callar antes que ceder el espacio que ya han ganado.
Por Jhon Albeiro Cabanzo
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