Una dura cuarentena a los participantes, con solo 5 horas fuera de la habitación del hotel, llegada entre el 15 y el 17 de enero y un retraso del comienzo del torneo al 8 de febrero son algunas de las condiciones para combatir la COVID-19 que pondrá Australia para celebrar su Grand Slam, según revela este martes el diario 'L'Équipe'.
La ATP y las asociaciones de jugadores están negociando con el Gobierno australiano, que no quiere que la pandemia regrese al país.
Para mantener el Abierto de Australia, según el diario francés, impone que los jugadores lleguen al país entre el 15 y el 17 de enero y que hasta el 31 del mismo mes hagan una drástica cuarentena.
Durante la misma, ni los jugadores ni sus asistentes podrán pasar más de 5 horas fuera de su habitación de hotel, tiempo que podrán dedicar al entrenamiento en pista, en gimnasio o a recibir cuidados de masajistas, añade.
Estas atenciones tendrán lugar exclusivamente en el complejo del Abierto de Australia, en el cual cada tenista podrá ir acompañado exclusivamente de una persona, que tendrá que ser cada día la misma.
Desde el inicio de esa cuarentena se formarán grupos de dos jugadores, a los que se sumarán sus respectivos acompañantes, que serán los únicos con los que podrán entrenarse.
Si uno de los miembros de ese cuarteto fuera controlado positivo por COVID-19, agrega L'Équipe, todos deberán comenzar otra cuarentena de 14 días, esta vez encerrados en sus habitaciones.
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