La espesa neblina cubría las zonas altas de Calima Darién en el Valle del Cauca, mientras el corazón enamorado de las montañas palpitaba en el pecho de cada líder que en el parque de esta población se encontraba, atendiendo al llamado de Pacifik Trail para hacer el reconocimiento de terreno de su carrera.
Después de recordar buenos momentos compartidos en carreras entre risas cálidas como el chocolate que tomamos, aflojamos en una prolongada caminata ascendente hacia un lugar llamado el mirador. Charla iba, charla venía al tiempo que los kilómetros se sumaban y de cada personaje escuchábamos sus experiencias, de cómo aquello que algunos dicen «es tendencia» nosotros lo asumimos como estilo de vida, cambiando hábitos, configurando nuestro cerebro para que el disfrute por la práctica del deporte sea equivalente al disfrute por otras cosas.
Es difícil no pasar tiempo con lo líderes sin sentirse maravillado por sus palabras, porque cada uno de ellos tiene ideas diferentes, es experto en uno u otro campo dentro de la preparación para las carreras de trail, pero sobretodo, porque no solo manifiestan su amor por las trochas, senderos, ascensos, paisajes, sino que también han sabido transmitirlo a cientos de personas en sus comunidades, aquellos que los miran como ejemplo por su liderazgo.
Por momentos se trotaba, pero el paisaje que nos regalaba la naturaleza con el Lago Calima al fondo, nos "obligaba" a detenernos unos minutos y proyectar nuestra mirada más allá de lo sensorial, para luego inmortalizar con fotografías esos instantes. El camino fue difícil en tramos, lo que asegurará una exigente carrera en 2017, pero esa exigencia es proporcional a la belleza de escenarios naturales en la zona rural de Darién.
El sendero nos llevó a una casa abandonada, donde Andrea nos contaba la historia de una masacre ocurrida ahí en la época de guerra entre Conservadores y Liberales, razón por lo cual hay fantasmas que asustan a las personas para impedir que alguien pueda habitar el predio.
Posterior a las fotos ascendimos unos buenos metros por un canal que nos transportaría al famoso mirador, el punto más alto de nuestra meta ese día. Lastimosamente, no podíamos dirigir nuestra mirada hasta el infinito debido a que ésta se estrellaba con la pared formada con las nubes. El Lago desde ese lugar, no se vio.
Tan pronto la sesión de fotos finalizó y con la noticia de que la carne ya estaba en el asador para la parrillada, nos motivamos para volver al pueblo, por momentos con trote suave y aveces revolucionados con piques retadores siguiendo a los más rápidos.
Al llegar a la finca, empezó la tertulia entre líderes para poner en común ideas enfocadas en corregir ciertos aspectos de las carreras en el Valle del Cauca con miras a mejorar la experiencia en cada una de ellas y hacer que la familia del Trail Running crezca. La charla fue tan deliciosa y provechosa, como la carne, la costilla, los maduros con queso, los chorizos, ensaladas y arepas.
Solo queda agradecer al Team Pacifik Trail por la invitación y a quienes con su alegría, permitieron que la experiencia fuera bonita e inspiradora. Nos veremos de nuevo en Pacifik Trail 2017 y en ¡Oh Qué Bola! corriendo y grabando los mejores momentos de esta aventura...
Wilson H. Martínez L.
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